Adán Suero: ¡World Vision cambio mi vida!

Lunes, Septiembre 11, 2017 - 16:45

World Vision estuvo trabajando de manera directa en el municipio Villa Altagracia por más de 20 años. Son muchos los frutos que nos enorgullecen de ese trabajo con la comunidad. Adan Suero es sólo uno de ellos. Se trata de un joven profesional, que antes fue un niño patrocinado y hoy nos cuenta su historia:

Soy Adan Suero Aracena, nací el 06 marzo de 1992, en el municipio Villa Altagracia, un pequeño pueblo que queda a 40 minutos de Santo Domingo, capital de la República Dominicana. Un lugar donde la pobreza extrema y la desigualdad social han persistido por muchos años. 

Mi vida tuvo nuevo sentido luego de que el programa World Vision llegó a mi comunidad.

Fui patrocinado por 15 años, desde que World Vision llegó a mi comunidad hasta que finalizó el proyecto en el año 2015. 

Mi cambio inició en el año 2000 cuando llegó a mi comunidad Tierra Santa, el Proyecto de Desarrollo de Área de World Vision. Recuerdo que una tarde, mientras jugaba con mis amigos de infancia, llegaron a mi casa hablando sobre el programa. De inmediato le dije a mi padre: “ay papi yo me quiero inscribir”. Tiempo después llegaron con la noticia de que había encontrado patrocinador. 

Mi familia estaba tan feliz, porque en World Vision encontré tanto apoyo. Por ejemplo, cuando me enfermaba tenía medicamento seguro, pues me llevaban al dispensario médico que apoyaba el programa sin pagar ni un peso. Cada 6 meses tenía consulta de odontología donde me hacían limpieza bucal; cada año escolar me daban los cuadernos, lápices y mochila para ir a la escuela. 

Recuerdo en particular un inicio de año escolar. Mis padres se habían separado y yo había ido a vivir junto a mi madre a un pequeño campo llamado Guananito, mi madre no estaba trabajando y faltaban 3 días para el inicio de clases. En ese momento todavía yo no tenía mis útiles escolares y era toda una preocupación porque ya las clases iniciaban y yo no quería ir con el uniforme del año pasado. Quería ir con ropa nueva al igual que mis amiguitos y estaba triste. Pero todo cambió cuando esa mañana recibimos la noticia de que me estaban llamando de World Vision. Mami nos hizo de comer, y en la tarde fue a la oficina del Programa a ver qué era. Pues allá me tenían mi uniforme completo para ir a la escuela, pantalón, camisa, cuadernos, mochilas y lapiceros; todo nuevo como lo quería. Eso fue una bendición para nosotros. 

Sin embargo, la cosa no termina ahí, pues cuanta emoción y alegría sentía yo cuando mi patrocinadora me enviaba regalos. Son momentos que yo nunca olvidaré, eso hace que yo sea cada día un mejor ser humano. Esos detalles con mensajes tan lindos permanecen para siempre en mí, una vez me envió la colección completa de útiles de Harry Potter ¡Wao! Tiempo después me envió un bulto-mochila del gato Doraemon y lápices para colorear. Yo siempre recuerdo esa canción que cantaba ¡Ojalá tus sueños se hicieran realidad! Luego, cuando ya no la necesitaba, y aunque me dolió hacerlo porque me gustaba mucho, le regalé la mochila a otro niño que no tenía mochila. Y así me enviaba además otros regalos que siempre alegraban mi vida. 

Mi inicio como voluntario

Desde muy temprana edad me involucré en los procesos de voluntariado, primero trabajando en mi comunidad con el departamento de patrocinio, ayudando a los facilitadores a recolectar las informaciones para los APR (Reporte de Progreso Anual del Niño) que se envían a los patrocinadores.

En 2009, llegó la iniciativa de Ayuntamiento Juvenil e Infantil, creada por UNICEF, y que contaba con el apoyo local de World Vision. Dicho ayuntamiento es un espacio de participación de los niños, niñas y adolescentes, para su integración en la gestión municipal, al tiempo que  es  una experiencia educativa donde tanto los niños, niñas y adolescentes, como las personas adultas, aprenden nuevas maneras de tomar decisiones en el municipio de forma participativa, democrática, inclusiva, transparente y responsable.

En ese momento presenté una propuesta para ser candidato, la cual se basaba en la Ley 136-03 sobre los derechos de los niños, niñas y adolescentes en la República Dominicana. Mi propuesta fue seleccionada por el comité intersectorial y resulté ser el único patrocinado por World Vision en ser candidato. Luego de vencer algunos obstáculos, presenté mi propuesta en todo mi municipio y salí elegido presidente del cabildo. 

Desde ese instante comencé mi trabajo voluntario en el área de incidencia juvenil en World Vision. Luego formé un club juvenil en mi comunidad, el cual era igualmente apoyado por World Vision y ellos nos facilitaban materiales deportivos, didácticos y refrigerios para realizar actividades.

Mi comunidad es una comunidad pobre, con muchos problemas de delincuencia y drogas. Pero yo siempre participaba en los talleres de formación de World Vision, me capacitaban constantemente. Esos eran talleres de 3 días tipo campamento. Allí aprendía sobre Habilidades para la Vida, Liderazgo Juvenil, Salud Sexual y Reproductiva, entre otros importantes temas. Mis padres me permitían salir siempre y cuando fuera para actividades relacionadas con World Vision. Inclusive llegué a representar a mi zona en la Junta Consultiva del programa, siendo el más joven del equipo. 

Pasó el tiempo y ya me iba todas la tardes a la oficina local de World Vision, allí apoyaba en las tareas, ya que no estaba haciendo nada en mi casa. Me iba a dar talleres sobre derechos de la niñez a las escuelas y comunidades, realizábamos tardes alegres, llevábamos refrigerios, juegos, pinta caritas, y más para contagiar de alegría a los niños, niñas y adolescentes. 

La universidad, un nuevo reto

A mis 17 años había terminado la escuela secundaria, ya era tiempo de ir a estudiar para la universidad. Mi familia y yo no sabíamos que hacer porque mis padres no estaban trabajando y yo vivo muy distanciado de los centros universitarios. Yo tenía un deseo tan grande de seguir estudiando pero no tenía dinero para cubrir el transporte diario y el pago de la matrícula universitaria. Sentía que los días se me venían encima, porque no quería que el tiempo pasara y yo terminara como uno más en la sociedad. Yo soñaba con ser un gran profesional, con realizar mi vida para ayudar a mi familia a salir adelante.

Pues como era patrocinado por el programa y todos los días iba a trabajar de manera voluntaria, el gerente de World Vision en mi municipio me dijo que el programa me iba ayudar, y yo me puse tan feliz. Él me dijo que investigara el costo de la carrera, cuanto pagaría mensual. Investigué, llevé un pensum. Él me dijo que era tipo contrato donde yo iba seguir apoyando a las comunidades a través de los Clubes infanto-juveniles y que el programa me iba a cubrir el pago de la matrícula universitaria, el transporte y todos los gastos de mi carrera tales como libros y materiales gastables para mis tareas. Era básicamente devolverle a las comunidades vulnerables un poco de la formación que ya World Vision había invertido en mí. 

Logros

En un tiempo récord de solo tres años terminé mi carrera, con World Vision apoyándome. Claro está que siempre tuve que esforzarme y sacar buenas calificaciones. Nunca reprobé materias y siempre pasaba con buenas calificaciones. 

Hoy gracias a World Vision y a mi patrocinadora soy abogado, dispuesto a cambiar mi país, porque el programa cumplió uno de mis sueños. 

Como todo un líder formado por World Vision, en marzo del 2013, fui seleccionado por el Centro de Estudios sobre Juventud de La Habana para participar en el Congreso Internacional de Investigadores sobre Juventud, al cual pude asistir por el apoyo que me brindó World Vision. 

En octubre de ese mismo año, fui seleccionado para ser representante de la juventud dominicana ante el evento oficial de la XXIII Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y Gobierno en Panamá, evento que durante 4 días reunió a algunos de los jóvenes más activos de la región bajo diferentes temáticas. Allí pudimos generar propuestas concretas en materia social, política, económica y ambiental de nuestra región iberoamericana. Mi participación en este importantísimo evento, el cual fue muy gratificante y gregario para mi, fue gracias a World Vision, que pudo costear mi traslado de Santo Domingo hasta Panamá, ya que los organizadores no costeaban el pasaje aéreo y yo quería representar a los jóvenes de mi país en especial a los miembros del Movimiento Nacional Infanto Juvenil Protagonista que auspicia World Vision, del cual fui miembro durante mucho tiempo. 

En el 2015 me postulé y posteriormente fui seleccionado al Programa de formación política Universidad de la Libertad, que auspicia el Instituto Político para la Libertad de Perú, un programa que busca promover la participación, articulación y liderazgo de jóvenes comprometidos con la libertad y democracia en América Latina y el Caribe.

Ahora todo lo aprendido a través del apoyo de World Vision, toda esa formación humana, lo sigo compartiendo con otros jóvenes no solo de mi municipio y país, sino también con jóvenes de otros países que quisieran y hacen cosas importantes por sus naciones. Recientemente fui expositor en el Congreso Nacional de Jóvenes Haitianos, realizado en Puerto Príncipe, espacio que generó conocimientos y aptitudes donde se articularon propuestas de solución que conducen al desarrollo político, económico y social de Haití. 

Esa formación sigue dando frutos, porque tuve la oportunidad de ser contratado para formar a otros jóvenes en un Proyecto de Formación de Liderazgo Juvenil que tenía la Vicepresidencia de la Republica Dominicana. Para mí fue un gran honor y a la vez un reto poder formar a otros jóvenes de diferentes provincias de mi país en liderazgo. 

Soy co-fundador y miembro del concejo ejecutivo de la Red Internacional Jóvenes Iberoamericanos, organización que busca promover y empoderar las garantías individuales y la democracia en la región. 

Estuve encargado del Departamento de Juventud de la Gobernación local de mi municipio. Cargo que ocupé con mucho entusiasmo y ánimo de seguir aportando al bienestar de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes especialmente más vulnerables. 

Actualmente soy Asistente de Protección para el ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) en República Dominicana.

Ojalá mi historia pueda cruzar fronteras y servir de inspiración para que otras personas se unan al programa y cambien la vida de otros niños, niñas y adolescentes, que al igual que yo solo necesitan apoyo para transformar sus comunidades y para superar la pobreza extrema. 

Hoy mami me dice ¿qué sería de nosotros si World Vision no hubiese existido? 

Gracias, World Vision por cambiar mi vida y la de los niños, niñas, adolescentes de mi comunidad.