¡No es lo mismo, ni es igual! - Mi historia Resiliente
Cristian es un joven dominicano, miembro de la Red de Adolescentes y Jóvenes de World Vision República Dominicana y voluntario de Jóvenes en Emergencias.
A finales de 2007, cuando sucedió uno de los fenómenos más devastadores en la República Dominicana en los últimos diez años, quedé muy impactado al ver tanta vulnerabilidad en las comunidades que me rodeaban. Fue en ese momento que nació en mí un enorme interés por el tema de emergencias.
Luego realicé cursos sobre emergencia, búsqueda y rescate, primeros auxilios, entre otros, pero sentía que faltaba algo; me interesaban técnicas o herramientas para hacer más útil el trabajo. Después, a través de World Vision conocí y me capacité en conjunto con otros personas de la comunidad en el Proyecto de Resiliencia Comunitaria, ahí sí pude satisfacer todo aquello que me hacía falta. Por ejemplo, cómo conectar lo espiritual con lo psicológico en medio de un evento adverso. Las técnicas de resiliencia aprendidas me han servido para responder rápido ante una emergencia.
FOTO: Cristian junto a la Ministra de Riesgos de Ecuador durante la IV Sesión de la Plataforma Regional para la Reducción de Riesgo de Desastres (RRD) realizada en Guayaquil, Ecuador en mayo.
Ahora, en mi equipo nos aseguramos que los servicios básicos lleguen a los niños y niñas más vulnerables de las comunidades en medio de una situación de emergencia. El acceso a estos servicios puede ser un problema desde antes, al llegar una situación así, ellos son más vulnerables. Cada año vemos eso, en cada desastre.
Los factores de vulnerabilidad incluyen la problemática con los centros de distribución de alimentos, pérdida de asistentes sociales de primeros auxilios y lesiones o enfermedades. Recuerdo el caso de Jenny, una niña de la comunidad de los Pinos, donde un arból cayó sobre su casa y milagrosamente le salvamos la vida con nuestra intervención, la de los médicos, personal de World Vision República Dominicana y las oraciones. Toda esta experiencia formativa me ha llevado a tener los ojos abiertos para que ninguno de los niños sean abusados, ni maltratados, ni raptados durante las emergencias diversas que cada año tenemos por las inundaciones del Rio Ozama en mi comunidad.
He experimentado ese gran estrés al que están sometidas nuestras familias a la orilla del río, en esos escenarios donde la interrupción de la rutina podría llevar a nuevos casos de abuso, ya que las comunidades entran en contacto con muchos más extraños, periodistas e incluso extranjeros que llegan al escenario del desastre; muchos de ellos sin buenas intenciones para con los niños y su comunidad. Por eso hemos preparado a los 25 Comités Comunitarios de Asuntos Humanitarios de Emergencias de Sabana Pérdida, queremos que conozcan las normas mínimas para protección de la niñez en albergues y otros lugares.