El rol de los docentes como garantes de los Derechos Humanos en las escuela

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El rol de los docentes como garantes de los Derechos Humanos en las escuela
Lunes, Septiembre 30, 2024 - 16:54

Maritza Catanho, Education Specialist at World Vision Venezuela

Todo docente debe estar en constante actualización respecto a lo que ocurre en su entorno. Es crucial que se sitúe en el tiempo y espacio de la comunidad donde vive y trabaja, y que esté contextualizado, comprendiendo la realidad que rodea a sus estudiantes sin dejarse abrumar por ella. Al reconocer los problemas que afectan a su alumnado, el docente puede ejercer una influencia positiva y generar transformaciones a través de la educación.

Uno de los elementos más importantes para poder ejercer la labor docente de manera integral y poder garantizar el acompañamiento y fortalecimiento de capacidades en la comunidad educativa, es la formación basada en valores y derechos humanos. Estos elementos deben ser incluidos en los planes de estudio, pero mientras esos espacios no existan, es necesario buscar alternativas para formarse de manera autónoma y continua.

El derecho a la educación no solo facilita la inclusión social, sino que también permite que niñas, niños y adolescentes disfruten de todos los derechos que les corresponden. Como lo señala Tomasevsky (2004), una educación basada en los derechos humanos garantiza el ejercicio de estos derechos. La UNESCO (2007) también resalta que la educación es un derecho humano fundamental que permite desarrollarnos como personas, contribuir al bienestar social y avanzar como especie.

En el marco que proponen los derechos humanos, la educación cumple una doble función, ya que es un derecho, pero también es un medio para el desarrollo humano y la promoción de cada uno de ellos. Desde allí, la escuela y la experiencia educativa escolar, se configura como un espacio clave para vivir y ejercer estos derechos. 

El primer paso hacia este objetivo es que todos los actores escolares, desde los docentes hasta los directivos, adopten una perspectiva de derechos, comprendiendo tanto la normativa como los alcances de los mismos. Además, la escuela debe asumirse como una institución que protege y promueve estos derechos, convirtiéndose en un lugar privilegiado para su defensa.

El segundo componente clave es la capacidad de la escuela para articularse con la red de protección integral de la niñez y juventud. Esto implica un conocimiento profundo y una comunicación eficaz con las entidades locales pertinentes, permitiendo visibilizar las características, potencialidades y necesidades de la comunidad educativa en términos del cumplimiento de los derechos.

Se evidencia también el doble desafío que enfrenta la educación hoy: ya no es suficiente que las niñas y niños sólo asistan a la escuela, se requiere que en ella encuentren una educación de calidad. Cada institución debe impulsar el desarrollo integral de cada estudiante, fortaleciendo el vínculo con sus familias y comunidades, para contribuir así con el bienestar colectiva y desarrollo social.

Realizado por: Maritza Catanho, Especialista de Educación en World Vision Venezuela